6 Festival Internacional de Ballet: un recorrido por el mundo y la danza
Entre el 3 y el 10 de junio, el público caleño pudo darse un recorrido por el ballet y la danza del mundo al apreciar en escena a las delegaciones de Canadá, Gran Bretaña, España, Chile, República Dominicana, Cuba, Corea, República Checa, Venezuela y Colombia. Sumado a ello, actividades académicas como un Diplomado en Crítica de Danza, un taller de diseño de Luces y talleres Gratuitos sobre la Historia de la Danza se llevaron a cabo.
Por: Yvonne Barreto Celis
Estudiante Lic. En Literatura
Periódico La Palabra- Univalle
Antes de empezar la función estreno de Incolballet “Semillas de Almendro”, Elisa Guzzo Vaccarino, filosofa, publicista y crítica experta en danza desde 1984, accedió a hablar acerca del 6 Festival Internacional de Ballet y los procesos que acompañan a las presentaciones. Esta invitada italiana vino a Cali a dictar junto con la especialista en análisis coreográfico, antropóloga y pedagoga teatral mexicana Patricia Cardona, un Diplomado en Crítica de Danza que preparó Incolballet en asocio con la Facultad de Artes Integradas de la Universidad del Valle. Elisa estuvo presente en cada una de las funciones y nos comentó algunas de sus apreciaciones acerca de lo visto:
¿Qué está pasando en la actualidad con las grandes compañías de ballet y sus tendencias?
En Europa tenemos una herencia hacía lo clásico que empezó con el rey Luis XIV y la Academia Real de Danza (1661). En la actualidad compañías como La Opera de París bailan los grandes repertorios, el Lago de los Cisnes, la Bella Durmiente, Pina Bausch, La Consagración de la Primavera de Cunninghan y balletchin que es ballet neoclásico, al igual que forsyte que es post-clásico. Con esto quiero decir que, esa lucha entre clásico y moderno fue muy importante en 1.900, hoy cambió, los bailarines clásicos se preparan también para bailar contemporáneo y viceversa, en el caso de los contemporáneos, no lo hacen para terminar bailando el Lago de los Cisnes sino para tener mayor conciencia del cuerpo y limpiarlo.
Ahora tenemos toda la danza que podamos imaginar, clásico, neo-clásico, teatro danza, performance, contemporáneo, hasta la no danza que consiste en una línea de trabajo en la que los bailarines dicen: bueno, hemos hecho todo ¡Empezamos del nivel cero otra vez! No bailamos, reflexionamos sobre la danza. Incluso hay nuevas versiones de lo clásico, como es el caso de la famosísima representación del Lago de los Cisnes pensado para hombres de Matthew Bourne. Hay de todo, un bailarín que quiera iniciarse para convertirse en profesional tiene un abanico de posibilidades. Por supuesto habrá preferencias y un tipo especial de entrenamiento según la elección.
Durante el 6 Festival de Ballet usted dictó un diplomado en el que se buscaba promover el desarrollo del conocimiento del ballet y la danza contemporánea, estudiar principios básicos de sus técnicas y estilos y estimular competencias para la futura escritura de crítica asociada con el tema ¿qué pasó en el diplomado, qué tipo de personas participaron y cómo fue su recepción?
Algunos estudiantes salieron de la Facultad de Comunicación Social y de teatro de la Universidad del Valle, hubo también una bailarina. Fue un grupo muy mezclado que se enfrentó a variedad de temas y lo bueno es que fue programado a la par con el Festival, así que cada noche lo que se dialogaba en el día en el diplomado, sin premeditarlo, aparecía en escena. Un ejemplo: habíamos hablado del modelo de ballet de la URSS con su danza acrobática y justo en la función de la noche Incolballet en la pieza “Aguas primaverales” dio una excelente muestra de cómo se levanta una bailarina según ese modelo, igual pasó cuándo hablamos del teatro danza y en la noche nos encontramos con Álvaro Restrepo y su compañía Colegio del Cuerpo.
Esto mismo se repitió en varias ocasiones, parece como si Gloria Castro hubiese preparado un programa perfecto a la par de la teoría que íbamos a manejar y dejar la curiosidad en los participantes para hacer sus propias exploraciones y decidirse a escribir.
Con respecto a los grupos que se presentaron este año, el público caleño se ha enfrentado a tendencias que van a extremos lejanos entre si, como lo es el ballet clásico y al otro con puestas muy teatrales como fue el caso del Ballet Jazz de Montreal (Canadá), el Colegio del Cuerpo o Azoe Danza de Colombia, hasta llegar a una ruptura total con el hip-hop que presentó Corea ¿a qué se debe esto y a qué nivel pone al festival y a su ciudadanía con respecto a lo que está pasando en el mundo con el ballet y la danza?
Bueno, nos enfrentamos a todo. Canadá nos presentó un primer dúo que fue post-clásico, esto quiere decir que de-construyen lo clásico, mientras que en el segundo acto observamos algo más formal, que tiene un sentido teatral, ellos llevaban su acto en una mesa de banquete cenando y ahí efectuaban una coreografía que parecía geométrica, muy bien coordinada. Por eso comentaba antes que hay tantos tipos de coreografías, uno puede encontrase con algunas que dinamizan el espacio, otras que se desarrollan sentados como lo hizo Canadá, otras caminando, ya no se trata únicamente de la forma clásica de 1.800 que consistía en un cuerpo de baile y una primera bailarina, y el ritual de escenario pensado de manera central para lo más importante y de frente al palco del rey.
“El Festival trató la tipología completa de lo que está pasando en el ballet actual… se le han dado todos los elementos para lograrlo”.
Hoy, de todo pasa en el escenario y en cualquier espacio de él y ya no se trata únicamente de lo dinámico y lo virtuoso, en la actualidad nos podemos encontrar también con lo formal, en donde se juega con las formas, puede ser irónica, con un toque ligero y también versiones más dramáticas como lo pudimos ver en la presentación del Ballet Santiago de Chile con “Romeo y Julieta”. Y es cierto, hubo el extremo total con las presentaciones de Corea y su hip-hop, el asunto es que este es un baile espontaneó de virtuosidad masculina que se trae a un escenario y para ser presentado en él tienen que aludir a dos cosas: o se matan como fue el caso de House of Blue & Move´s Collector Dance Company o intentan contar una historia como pasó con la Compañía de danza Second Nature y su presentación “Mr. Lost”, en el que un trío de chicos contaba una historia a la par que bailaba hip-hop. Sino hay este tipo de apuestas, podría decir que se trata de simple gimnastica, buena y excitante, por eso en ocasiones intenta dársele un trato más teatral.
¿Qué percepciones tiene de la danza contemporánea en los grupos colombianos?
Tuve dificultades personales para interpretar la obra de Azoe Danza “Infiernos paralelos”, pues remite a la película colombiana “La sombra del caminante”, la cual desconozco. La calidad de los bailarines es muy buena, admirable en realidad, pero como público no sabía qué contaban y me llegué a preguntar si quizás esa misma pieza podía presentarse de una manera en que si una persona no conoce el antecedente, se ubique.
Esto pasa porque generalmente traemos la idea del ballet clásico que es muy definida y precisa, tiene momentos de clímax, te despiertan, el público generalmente conoce las historias, mientras que en danza contemporánea es algo más interiorizado, menos alegre, se re-envía un tema, alude a algo, pero no se cuenta, esto no es así siempre, pero si se da mucho.
Hablemos del ballet clásico que se ha presentado durante el festival ¿qué referencia tenemos con respecto a los grupos? Y llama la atención que en esta ocasión se han observado muchos besos en escena ¿por qué?
En el ballet de 1.800 como Giselle, el Lago de los cisnes y El Corsario tú nunca vas a ver besos, porque en esta época con pantomima y gestualidad se contaba la historia: la joven se casa, él la quiere para siempre y había partes de baile puro. Mientras que en 1.900 se trato de usar otro tipo de códigos poniéndoles otro sentido a los clásicos, con una gestualidad contemporánea “muy natural”, entonces le pones un beso o un abrazo, algo que en el siglo anterior era netamente simbólico.
Antes era imposible imaginar algo así en escena, porque se preparaba para los ojos del rey, así que era más sublimado y perfecto, representativo de la vida en la corte. “Carmen” es un ballet que se hizo en 1.800, no sabemos como era porque se perdió, pero la versión de 1.900 ya la conocemos, es algo más carnal.
Ahora, remitiéndome a los grupos que se han presentado, me parece interesante ver lo que pasa en Latinoamérica, yo conozco bien al Ballet Nacional de Cuba y los clásicos que llevan a escena, pero no conocía el trabajo del Ballet Nacional Dominicano y del Ballet Teresa Carreño de Venezuela, así que a través del Festival aprendí como funcionan. En el caso del Bohemia Ballet de República Checa hubo un repertorio antiguo precioso como la “Lla Naiade et le Pecheur” de Julles Perrot, que casi nunca se ve. Otra presentación preciosa fue la del Real Conservatorio de Danza María Emma de España, porque maneja parte de la escuela bolera o danza de palillos que es ese estilo clásico y antiguo (noble) del flamenco o sea la parte refinadísima y también el flamenco moderno con el fado portugués, lo cuál es una muestra de cómo están buscando algo nuevo a partir de una tradición. Igual pasó con la presentación de Jeun Eun Ja Dance Company de Corea y sus coloridas danzas tradicionales.
Hablemos de la compañía anfitriona, Incolballet
Lo conocía bailarines formados por Gloria Castro que están en Europa. Me dejó muy satisfecha la calidad del segundo acto del Lago de los Cisnes que se presentó en la inauguración de Plaza de Toros, se nota que la compañía maneja un gran rigor con sus bailarines, como se ponen en línea, la posición de sus pies, equilibrio, figuras. Un muy buen trabajo. Además, han evolucionado con la danza, bailarines formados perfectamente en ballet clásico son capaces de adentrase en lo contemporáneo, sino fuera así tratarían el clásico como si fuera un museo, mientras que al incursionar en lo nuevo se reencuentran con lo clásico con un sentimiento de hoy, respetando la tradición pero transmitiéndolo de forma más cercana al público .
Se nota que Incolballet ha hecho esto por años y por eso logra llegar con tanta emotividad, se ha comprendido la importancia que tiene el dar al público algo para disfrutar y eso solo se logra con una buena preparación y variedad. Es un trabajo grandísimo, que requiere mucha inteligencia y esfuerzo.
¿A qué conclusiones podemos llegar sobre el Festival?
El Festival trató la tipología completa de lo que está pasando en el ballet actual. Sumado a ello, también se lograron los objetivos del diplomado que estaba tan ligado al evento. Pienso que con esa intensidad de práctico y teórico se puede empezar una reflexión a título personal bien interesante. Al Festival se le han dado todos los elementos para lograrlo.