Elena Cala, una cubana que llegó a Colombia a sumar en el tema de la danza
Nació en la Habana Cuba y llegó a Colombia en el 2.000 invitada por la maestra Gloria Castro para fortalecer el modelo único en danza, del Instituto Colombiano de Ballet Clásico, Incolballet. Hoy 21 años después es referente obligado en el tema de la danza dentro de esta prestigiosa Institución, a nivel local y de país. Hoy, fecha en la que se conmemora el día internacional de la mujer, Incolballet agradece su dedicación, su trabajo, su esfuerzo y rinde un homenaje a su labor.
Elena inició sus estudios de ballet en la Escuela coreográfica de Ballet de Sofia, en Bulgaria, Producto del trabajo de sus padres en ese país. Allí comenzó a estudiar bajo la técnica de la escuela rusa, (Vaganova). En 1975 al regresar a Cuba, continuó sus estudios en la Escuela Nacional de Ballet, dónde se graduó en 1981.
Desde entonces comenzó a perfilarse con toda la preparación profesoral y a prepararse metodológicamente para enseñar, teniendo en cuenta una lesión en su columna vertebral, que no le permitió bailar. Sin embargo, esta lesión la motivo a fortalecerse, preparase y trasmitir con amor sus conocimientos. Sus estudiantes han tenido la oportunidad de recibir de ella lo mejor de su saber metodológico, su conocimiento en el tema de la danza, la experiencia en su trabajo con grandes maestros y coreógrafos, y su gran personalidad y don de gentes. Muchos de ellos son hoy grandes bailarines, gracias a lo que la maestra les ha aportado.
Su gusto por el arte viene de cuna, sus padres siempre fueron amantes del arte. Su padre le inculcó la ópera, la zarzuela y el teatro, mientras su madre inculcaba el amor por la lectura y la poesía. Siempre estuvo rodeada por un ambiente de arte en su casa y agradece a su familia el apoyo incondicional que siempre recibió de ellos, para dedicarse a la danza.
“La danza es mi motor impulsor desde todo punto de vista: desde lo espiritual, desde lo sensible, desde lo humano, lo práctico y lo lógico”.
En 1981 Elena Cala comenzó a trabajar directamente en la Escuela Provincial de Ballet, en la Habana Cuba, así cuando llegó a Colombia en el 2.000 ya tenía casi 20 años de experiencia como maestra. Durante esos 20 años en Cuba pasaron por sus manos muchos niños que hoy por hoy son bailarines de ballet en diferentes compañías del mundo y en la Compañía Nacional de Ballet de Cuba.
Al llegar a Colombia en el año 2.000, la maestra Elena sabía que Incolballet era una Escuela profesional de Ballet: “Cuando hablo de escuela profesional es porque se cursan los 8 años de la carrera, como se hace de manera internacional y de manera formal, académicamente. Así mismo es como nosotros trabajamos en Cuba”. Por esta razón, se sentía contenta de la oportunidad, pues sabía que iba a trabajar con estudiantes que aspiran y sueñan con ser bailarines, y quieren ejercer este hermoso arte de manera profesional y convertirlo en su proyecto de vida.
Se dedicó entonces a trabajar con la maestra Gloria Castro, en la coordinadinacion artística y la asesoría metodológica, con el objetivo de alinear la manera de trabajar de los maestros y estudiantes, crear la unidad en el trabajo y buscar una estética única que nos llevara a una Escuela Colombiana de Ballet.
A partir del 2004 hasta el 2007 comenzó a trabajar con la Compañía Colombiana de Ballet, sin abandonar el trabajo con la Escuela. Y a partir del 2015 pasó a trabajar completamente con la Compañía Colombiana de Ballet, como maitre y asistente artística del director artístico Gonzalo Galguera.
“Actualmente sigo con la Compañía, dando clases, haciendo reposiciones de obras, trabajando con los coreógrafos invitados y apoyando toda la labor artística de la Institución. Apoyo el trabajo de la Escuela en la medida de mis posibilidades y lidero artísticamente el programa “Danza al Valle” a través del cual llevamos los talleres de técnica clásica y danza contemporánea a los municipios del Valle del Cauca, e imparto clases en la Licenciatura en Danza en Univalle”, agrega la maestra.
Para la maestra Elena Cala el camino recorrido ha sido de crecimiento y aprendizaje. Para ella es muy gratificante ver los logros de los jóvenes que en algún momento fueron sus estudiantes y hoy son unos artistas maravillosos. “Es como si fueran hijos que uno va educando, que va viendo crecer y que al final se convierten en grandes personas, en grandes artistas. Es muy satisfactorio cuando me siento en una butaca del teatro y los veo bailar”.
Dentro de su trayectoria es importante resaltar el trabajo con grandes maestros y coreógrafos como: Alberto Méndez e Iván Tenorio, coreógrafos muy reconocidos en Cuba e internacionalmente, por su amplia obra coreográfica. También ha trabajado con coreógrafos como Jimmy Gamonet, Patrick de Bana y Gonzalo Galguera, Jorge Amarante entre muchos otros, y resalta que no solamente aprendió de ellos como artistas, sino también de lo que son como seres humanos.
En Cuba tuvo la oportunidad de estudiar y trabajar con grandes maestras entre ellas Ramona de Saá (metodologa nacional de la Escuela Cubana de Ballet), Mirtha Hermida, Rosa Elena Álvarez,entre otras, todas ellas aportaron mucho a lo que ella es hoy como maestra.
En Colombia tuvo el privilegio de trabajar y conocer a la maestra Gloria Castro y de ella aprendió a ver la puesta en escena en su totalidad, a no enfocarse solo en el bailarín, en su técnica, sino en el todo, la gestualidad, la expresión, la energía. Hablar con Gloria es como si conversaras con Noverre. “Ella me enseñó a ver el todo precisamente. Eso se lo voy a agradecer toda mi vida, tanto como agradecerle el haberme invitado a venir acá, conocer Colombia y que hoy Colombia sea mi segunda patria.”
“He sacrificado muchas cosas en mi vida por la Danza, mi hijo, mi familia, mi pais, pero he sido bendecida porque he sido comprendida, amada y apoyada por ellos, sin eso no hubiera podido seguir adelante y ser quien soy. Tengo todavía muchos años por vivir, tengo mucho por dar, yo me siento joven, me siento fuerte, con muchas ganas de hacer cosas, pienso que puedo continuar aportándole mucho a los jóvenes de la Compañía Colombiana de Ballet, a los maestros, a Incolballet y a la danza en general”.
Hay mucha Elena por delante no solamente en el trabajo que está realizando con Incolballet, con tanto amor, sino también en sus proyectos personales y los sueños que aún tiene por cumplir.