Incolballet apoya el III Encuentro de Jóvenes Coreógrafos
Este jueves 06 de septiembre en el Teatro Jorge Isaacs, a las 7:30 p.m., se presentará la gala final del III Encuentro de Jóvenes Coreógrafos, organizado por la Fundación Ballet Capital y apoyado por el Instituto Colombiano de Ballet clásico, Incolballet.
El Encuentro Internacional de Jóvenes Coreógrafos empezó en 2016 como una iniciativa de apoyar y dar a conocer las creaciones artísticas de los jóvenes inclinados por la coreografía —sean bailarines, profesores o coreógrafos aficionados—. Es una plataforma para el desarrollo de la danza desde la expresión, el movimiento, la creatividad, la divulgación, la pluralidad y la interacción artística y académica. Además, es un espacio para el desarrollo de la creatividad, el movimiento y la retroalimentación entre colegas. De esta manera, el Encuentro de Jóvenes Coreógrafos busca motivar a los jóvenes con inquietudes creadoras para que adquieran confianza, descubran su talento coreográfico y lo desarrollen, aprovechando útilmente la experiencia adquirida como intérpretes o maestros.
Este año el Encuentro contará con la participación de Beatriz García Díaz, una joven coreógrafa cubana, bailarina de la Compañía Malpaso de La Habana. Beatriz presentará la obra Posdata, una pieza bailada por diez bailarines, cinco mujeres y cinco hombres.
“Posdata es una obra que habla de todas las cosas que se nos quedan por decir y que ya nunca más podrán ser dichas”
Entrevista a Beatriz García Díaz, coreógrafa invitada, III Encuentro de Jóvenes Coreógrafos
Por Daniela Betancourt
Beatriz García Díaz es una bailarina y coreógrafa cubana, invitada este año al III Encuentro de Jóvenes Coreógrafos, organizado por la Fundación Ballet Capital y apoyado por Incolballet. Rubia, de estatura mediana, de contextura delgada, de ojos
expresivos y de sonrisa brillante, esta joven coreógrafa, bailarina de Malpaso Dance Company de La Habana, nos habla de su proceso creativo. Además, nos da detalles sobre su obra Posdata, que se estrenará este jueves 06 de septiembre en el Teatro Jorge Isaacs, a las 7:30 pm, como parte de la gala del Encuentro.
¿Cómo te enteraste del Encuentro de Jóvenes Coreógrafos, Betty?
Julián Garay, el director de la Fundación Ballet Capital y del Encuentro de Jóvenes Coreógrafos, estaba en La Habana y llegó a la compañía en la que yo bailo, que es Malpaso Dance Company. Les contó del Encuentro de Jóvenes Coreógrafos y preguntó que si había algún joven coreógrafo interesado en participar. Yo estaba en la creación de una de mis obras, que se llama Ser, en la que también soy bailarina. Entonces el director artístico de la Malpaso, Osnel Delgado, le habló de mí y bueno, así llegué a Cali.
Ahora cuéntame un poco de ti, Betty, ¿cómo te formaste en la danza? ¿Quién es Beatriz García como bailarina?
Empecé estudiando en la Escuela Elemental de Ballet de La Habana, que en ese entonces se llamaba Alejo Carpentier. Después, entré a la Escuela Nacional de Ballet y, luego empecé a dar clases de ballet en la Escuela. Ya en mis tiempos libres tomaba clases de danza moderna y danza contemporánea, que es a lo que me dedico hoy en día. Tres años de dar clases en la Escuela, volví a bailar y empecé en la Compañía DanzaTeatro Retazos, de La Habana también. Ya aquí hubo una transición y un aprendizaje a la técnica contemporánea. En Retazos, estuve tres años con Isabel Bustos y con Miguel Ascuas. Y ahora, estoy en mi actual compañía Mal paso, Dance Company. He tenido la oportunidad de trabajar tanto con coreógrafos nacionales, como el director artístico de Malpaso Osnel Delgado, como con coreógrafos internacionales.
Bueno y ahora que estoy en Malpaso, la compañía me apoya y estimula mi carrera como joven creadora. Me da espacios para presentar las obras como parte de la Compañía. Por ejemplo, mi obra Ser se estrenó para el quinto aniversario de la Compañía y también tengo otra, en coautoría, que se llama Nosotros.
¿Cuál ha sido tu experiencia como coreógrafa?
Dos años. Llamado a crear: necesidad de hacer y de decir. La creación llegó a mí por no querer estar quieta. La mente comienza a volar y a crear y uno no se puede quedar sentado a esperar a que el trabajo venga solo, uno debe buscar ese trabajo. Y si tú misma te puedes proporcionar ese trabajo, es la mejor vida.
¿Qué vamos a poder ver en esta obra que estás creando?
Posdata: todas las cosas que a uno se le quedan por decir en la vida, que en la mayoría de las ocasiones no llega a decirlas. ¿Qué ha sido lo que se les ha quedado a los bailarines y a mí por decir en la vida? El miedo, herir a alguien, porque no es el momento, cuánto se puede necesitar a alguien, cuánto se te queda por decir, por querer. Esas cosas que nos guardamos, si bien muchas veces son sencillas, otras veces son realmente profundas y te marcan, definen el tipo de persona que eres.
¿Cómo ha sido el proceso de creación de Posdata?
Desde antes de llegar a Cali ya tenía el tema en la cabeza. Tenía una selección de material físico y debía desarrollarlo con ellos. Es decir, tenía na base de partitura movimental y física para desarrollarla con ellos. Pero una vez llegué a Cali, me dediqué a hacer una búsqueda de la memoria emotiva de los bailarines y de ahí drenar movimientos sinceros. A mí más allá de que los movimientos sean virtuosos, me interesa, sobre todo, que sean sinceros.
Otra cosa que me ha parecido importante es que ésta es la primera vez que me enfrento a hacer una audición para seleccionar bailarines. Es muy complicado determinar qué tipo de bailarín y de persona me puedo encontrar. La audición para mí fue complicada, pero, dada la premura del tiempo, no tuve otra opción.
¿Qué te llevas de Cali?
Es la primera vez que trabajo con bailarines que no son cubanos, lo cual ha enriquecido aún más la experiencia del proceso creativo. He podido ver cuán similares y cuán diferentes somos. Además, me he llevado experiencias del español y he sentido lo mismo, que somos muy disímiles y a la vez muy similares. Por último, me llevo una satisfacción enorme de cómo se trabaja aquí en Cali.
¿Y qué te llevas de los bailarines?
Satisfacción, sin duda alguna, satisfacción. No sólo son buenos bailarines, sino bailarines que estén ávidos de aprender y tienen muchas ganas de trabajar.
¿Cómo te cambia cada proceso de creación que vives?
Cada experiencia que uno tiene te construye como persona y como artista. Posdata no es ajena a esta situación. Son diez bailarines en escena y es la primera vez que trabajo con tantos bailarines. Eso ha impulsado en mí las habilidades de fomentar el proceso creativo. Son cinco mujeres y cinco hombres, todos muy disímiles entre sí y, además, de diferentes formaciones. Cohesionarlos y lograr su unidad más que ser una tarea, es un objetivo que tiene la pieza.