El Poeta Miguel Fernando Caro Gamboa comparte sus sentidas palabras a propósito de la crisis de la cultura en Cali y la situación de Incolballet
Amigos y amigas de Incolballet.
En su momento fui testigo de la nefasta incursión de la politiquería en contra de Incolballet y afortunadamente en ese instante pude hacer lo que estuvo a mi alcance para no permitir semejante atropello. Después seguí a través de los medios los constantes ataques a esta institución, fruto de la envidia y la mediocridad tan propias de los vallecaucanos y en especial de ciertos círculos de poder de Santiago de Cali. En Cali destacarse es un pecado y si es en el arte aún peor, porque la mediocridad dominante se siente amenazada.
Al leer el texto de Álvaro Restrepo sentí indignación y pena de haber nacido en esta tierra gobernada por verdaderos… ¿qué adjetivo puede ser el apropiado?
En el Valle del Cauca y en Cali, es decir, en esta tierra de trogloditas, prefieren escuelas de sicarios y academias de bandidos. Por eso con algo tan sublime como Incolballet pasa lo que está pasando.
Posiblemente el futuro de Incolballet esté en otra tierra, en otro escenario donde la ignorancia no gobierne y la indolencia no haga parte del gentilicio, y así podremos seguir recibiendo con lágrimas en los ojos a la bailadora que seguida por la luz poderosa, abre el camino para la sucesión de arpegios y movimientos que indiquen que Barrio Ballet y su legado, aún no han terminado.
Con un abrazo fraterno.
Miguel Fernando Caro Gamboa.
Escritor.