¡Gloria Castro es fuerza y energía para seguir!
En un mundo donde cada día lo más importante es saber cuánto valemos y cuánto tenemos, mi llegada a Cali era para evadirme de los pasos que me traza el destino, y recargarme de la fuerza motriz que impulsó la danza en mi ser ¡Fuerza y energía!
Cada paso o gesto que ejecuta el bailarín es sustancial, no hacen parte de ningún método que locatalogue o estructura que lo controle, no hay frontera que lo divida o política que lo haga existir.Es allí que nace el bailarín.
Gloria Castro creó Incolballet, y a su vez, un templo donde muchos artistas se han identificado y se han transformado, dándose a sí misma la virtud de generar personas fuera del común en lasociedad; personas que inclusive, han seguido alimentando de una forma u otra el arte en Cali y en nuestro país, llevando seres a lugares donde ningún otro gesto o posición social pueda ser comparado con este valor.
Hemos tenido como en cada familia o vida grupal, bailarines que han tratado de dar o dirigir el camino y el sentido de la marcha a seguir, siendo inconscientes del significado de ser el padre o el creador de un hogar, de una educación o forma de hablar. Por ejemplo, cuando el hijo domina su propio léxico y no se deja corregir ni por sus padres (por suerte, sin éxito para ellos). El alma y espíritu de quien dirige esta institución, desde su creación, tiene un valor que ellos no pudieron interiorizar.
No obstante, a veces el camino nos lleva a lugares desconocidos o repetitivos y debemos reaccionar. Por ejemplo, cuando en un laberinto nos tropezamos con los muros hasta darnos cuenta por donde seguir, o cuando el actor se sumerge tan dentro de sí, que no diferencia el teatro de la realidad. Hoy ese mundo de valores y pertenencias acosan a Incolballet, nos sumergen en tensiones existenciales sobre cifras y cantidades de dinero que se necesita para seguir, dinero que jamás estará por encima de la creación, o mejor dicho, de la fuerza motriz que impulsó a Gloria Castro, y que ahora me impulsa a mí; dinero que crea un manto oscuro al camino de nuestra institución, olvidando la esencia del bailarín que sólo existe en la escena y que deja de existir cuando aquellos, lo encierran entre barrotes de valores indefinidos, sin sentir su piel brotar. Ver el verdadero sentido de lo que representa un bailarín, o el artista en general, nos hace pensar que este manto se tiene que convertir en una obra más.
Óscar Chacón
Ex Alumno de Incolballet y Bailarín del Béjart Ballet, en Suiza.